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  • Jaime García

Spooky Season 1, episodio 3: Tosantos, Halloween a la murciana

Seguimos desgranando el calendario de octubre e irremediablemente nos conducimos hasta la señalada celebración de Todos los Santos (Tosantos en murciano), Halloween o el Día de los Muertos, llámese como quiera. La costumbre norteamericana de celebrar la muerte y lo misterioso la noche del 31 de octubre sigue calando en la sociedad española cada año, especialmente entre los jóvenes. Que sí calabazas, esqueletos, brujas, caramelos… ¿Qué moderno nos parece todo no? Pero, ¿y si os dijeramos que desde hace siglos en Murcia ya se hacían muchas de las cosas que hacen los americanos por Halloween?


Poneos cómodos porque esta semana desde Dear Angel os traemos las espeluzanantes tradiciones olvidadas de Tosantos, el Halloween tradicional murciano.


1) Las premoniciones de la muerte

La muerte llegaba avisando, o eso creían los murcianos que habitaban antaño en la huerta. Un mochuelo sobre el tejado, el canto nocturno de un gallo, el llanto de un perro, los agujeros creados por los perros o tres golpes secos sobre el cabezal de la cama podían augurar, según nuestros antepasados, una muerte inminente.


2) El Ánima Sola

¿Y si os dijéramos que por la huerta vagaba un fantasma que avisaba de la muerte cómo os quedáis? El Ánima Sola era un fantasma que erraba por los carriles y calles de la huerta de Murcia y que según la cultura popular avisaba de la muerte con una serie de golpes secos. ¿Escalofriante no?


3) La orillica del quijal

Si creíais que el truco o trato americano es algo nuevo vais listos, porque en la Murcia antigua ya existía la tradición de pedir “la orillica del quijal”. Los zagales y zagalas corrían por las calles de la huerta para cantar en las barracas la siguiente cantinela: “la orillica del quijal, o me la das o te destrozo el portal” Vamos, que los nenicos eran majisimos vaya. Pero, ¿qué era realmente la orillica del quijal? Pues eran los productos excedentes de la cosecha de la época: mandarinas, nísperos, pipas, boniatos, dátiles, granadas, mazorcas de maíz… ¿A quién no le va a gustar estos manjares huertanos?


4) Los dulces de Tosantos

Esta tradición se sigue conservando hoy en día y consiste en elaborar (o comprar) los dulces típicos de la fecha: buñuelos, huesos de santo, arrope y calabacate etc. Otra tradición muy sabrosa es la elaboración de tostones (palomitas) en la tarde de Tosantos. Peli, sofá y palomitas una tarde de otoño, no se nos ocurre un plan mejor.


Autor anónimo, sacado de Canal Cocina

5) Don Juan Tenorio

Otra tradición (gracias a Dios) conservada en Murcia es la representación de la conocidísima obra teatral de José Zorrilla, Don Juan Tenorio, que cada año representa durante varias jornadas en el Teatro Romea la compañía de Cecilio Pineda. Una ocasión magnífica de acudir a uno de los teatros más impresionantes del país a ver una obra clásica sobre el amor y la muerte.


6) La muerte de los niños

Hablamos ahora de una tradición bastante espeluznante que hoy ya está perdida y que tenía lugar cuando moría un niño pequeño. Mariano Ruiz Funes recogió en su obra “Derecho consuetudinario y economía popular de la provincia de Murcia” alguno de los ritos que se llevaban a cabo cuando se producía una tragedia como esta. De este modo cuando fallecía un infante se instalaba en la cama la capilla ardiente para el velatorio y el cuerpo era cubierto de ramas de albahaca dejando únicamente descubierta su cara. Se podía dar también la circunstancia de que si no estaba bautizado fuera enterrado fuera del cementerio, pero de todos modos, cuando el cadáver del infante iba a ser conducido a su última morada, era depositado en un ataúd blanco y era llevado a mano por otros niños de su edad. Tras el féretro desfilaba el cortejo fúnebre formado en primer lugar por niños y posteriormente por adultos.


7) La cama de los muertos

Tenían nuestros antepasados por costumbre preparar la noche de Todos los Santos la cama del difunto con las mejores sábanas y cobertores del ajuar. La creencia popular rezaba que en esa noche las ánimas de los difuntos acudían a sus casas a visitar a los familiares y dormían en sus antiguos lechos. Era costumbre también iluminar la estancia con velas y palomas, unas hojas que flotaban en balsas de aceite. Era una noche muy espiritual, se dice incluso que se podían ver a los espíritus vagar por los carriles de la huerta. Los familiares solían pasar la noche en vela, esperando a que el difunto descansara esa jornada con ellos. Desde luego no era una noche apta para miedosos.



Autor anónimo sacado de la Web de la Real Asociación de Cronistas Oficiales de España.


8) Flores en los cementerios

Aún hoy sigue vigente la tradición de acudir a los cementerios el Día de Todos los Santos a visitar a nuestros familiares fallecidos, llevarles flores y rezar una oración por su alma. Las generaciones anteriores hacían de este día una fiesta, aún con toda la solemnidad que llevaba aparejada, pues acudían a los cementerios y pasaban el día entre visitas, paseos y comidas por los alrededores. Era costumbre comprar las flores en el mercado que cada año se instala en la céntrica Plaza de las Flores de Murcia, unos días antes de la fecha. Los crisantemos, los claveles y los mocos de pavo eran las flores tradicionales para la fecha.


Foto Angel, tomada en 1910. Sacada de la web del Archivo Regional de Murcia


9) Velas a los retratos

Si algo nos ha quedado claro es que la festividad de Todos los Santos ha sido desde antaño una fecha familiar, en la que las gentes recordaban a los que ya no están con ellos. Ese recuerdo tenía también un momento especial cuando se encendían velas a los retratos de los fallecidos, que simbolizaban el camino a recorrer por las almas de los difuntos para llegar al más allá.


10) Los Auroros

Si hay algún grupo que siga conservando el tradicional culto a las Benditas Ánimas del Purgatorio son las Campanas de Auroros, unas asociaciones de hombres de la huerta que con sus roncas voces, un farol, una campana y un estandarte, recorrían y aún hoy lo hacen, la huerta y la ciudad, para cantar por la intercesión de las Ánimas. En Murcia estaba muy extendido el culto a esta figura del cristianismo, de ahí que por la ciudad se pudieran observar diversas hornacinas presididas por la Virgen del Carmen, que rezaban por la intercesión de las ánimas. De este arte callejero solo se ha conservado (en mal estado actualmente) la hornacina del lateral de la Iglesia de San Bartolomé, que recoge la siguiente inscripción: “A las Ánimas Benditas no te pese hacerles bien, que sabe Dios si mañana serás ánima también”. Con la llegada de Todos los Santos los auroros inician el tradicional Ciclo de Difuntos, que se caracteriza por el canto de salves de difuntos por los cementerios e iglesias de nuestra geografía murciana.


Están las almas metidas,

en un fuego incomparable,

sacarlas del purgatorio,

Sagrada Virgen del Carmen.

Oigan los tristes lamentos,

que en el purgatorio dan,

aliviarles sus tormentos,

y llevarla a descansar.

Si escuchas contemplarás,

y oirás lastimosos llantos,

de las almas que padecen,

en el purgatorio tanto.

(Extracto de la Salve de Difuntos de los Auroros)


Autor anónimo, sacada de la web Murcia Tres Culturas


Estas han sido las 10 tradiciones de Todos los Santos que se celebraban en la antigua Murcia. ¿Cúal te ha sorprendido más? ¿Conocías alguna? ¡Te leemos!


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