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  • Jaime García

Veneno: el legado

El 4 de noviembre de 2016 se apagó la luz de una de las estrellas más rutilantes que jamás hayan pisado la televisión española. Su belleza, su carácter y su historia cautivaron a todo un país sumido en un cambio constante. Cuando se escondía e insultaba a las personas diferentes, Cristina Ortiz Rodriguez, la Veneno, se puso al mundo por montera contra viento y marea para demostrar que las personas son libres de identificarse con un género, que la sociedad debía abrir su mente para soltar las cadenas de la gente y dejarles amar y sentir libremente.


Cuatro años después de su fallecimiento, Cristina está más en boca que nunca gracias a la serie Veneno, creada por los Javis y basada en las memorias que la periodista Valeria Vegas escribió sobre el icono televisivo de los 90. El biopic producido por Atresmedia y protagonizado por las actrices Isabel Torres, Daniela Santiago y Jedet, aporta una visión humana de la Veneno alejada de ese personaje dicharachero y desvergonzado que se contoneaba por la televisión, para centrar toda la atención en la mujer llena de carencias y de dolor que vivía de platós para afuera. Una mirada distinta a la vida de Cristina que ha servido para reconocer la labor de visibilización, que sin quererlo, llevó a cabo en su época dorada.


En “Veneno pa tu piel” Cristina nos invitaba a abrir bien las alas y a lanzarnos a volar, despojándonos de las opiniones de los demás y de las sospechas de cualquier tipo. Un canto a la libertad, a la vida y al amor que nos recuerda que nadie debe coartar nuestra felicidad y nuestra libertad. Una canción que nos llama a ponernos al mundo por montera como ya hiciera ella a comienzos de los 90.


Puede que no fuera la mujer mejor educada y más respetuosa del mundo. Puede que fueran muchas sus sombras, pero puede que también lo fueran sus luces. Puede que en ocasiones hiciera daño al colectivo LGTBIQ+, ¿pero acaso no es cierto que ella consiguió darle voz a un colectivo que hasta entonces era ninguneado por la sociedad? ¿Acaso no puede ser que la Veneno que hasta ahora todos conocíamos fuese un personaje producto de sus circunstancias personales y su momento histórico? ¿Acaso no puede ser que su agresividad surgiera de una necesidad de volver a estar a la orden del día? ¿No es cierto que cuanto más escándalo haya más se vende?


A pesar de la imagen que Cristina proyectó en su última etapa, marcada por los enfrentamientos y las peleas constantes (y las frases míticas), hemos de reconocerle el gran valor que tuvo para cruzar el Mississippi y desnudar su historia ante una audiencia millonaria. Hemos de sentirnos orgullosos de que en los años 90, en España, ya estuviera Cristina haciendo activismo por la causa transexual sin importarle las críticas y el morbo del público.


Cuatro años después de que se apagara la luz de la Veneno, la sociedad ha sabido reconocerle el papel capital que tuvo en la lucha de las personas transexuales, y la ha convertido en todo un referente por su historia de superación y su defensa incansable de la autodeterminación de género. Hace cuatro años falleció la mujer, pero nació el mito.


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