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  • Ana Navarro

David Bowie, el ecléctico de la moda y la música

El 2016 fue un año muy duro para la sociedad. La muerte de David Bowie, la leyenda de la moda, música e incluso cine, cayó como un jarro de agua fría para todos. Su último disco, BlackStar, tiene un significado que va más allá de la música. Es el cierre de un ciclo, que evidenciaba la cercanía de su muerte.


El jazz que se entremezcla en el EP nos da todas las claves, una melodía perfectamente pensada que nos hace imaginar a Bowie aislado y sentado mientras BlackStar gira en su recámara, con el cáncer cada vez más avanzado. Este disco homenajea todas las influencias de su carrera, además de exponer su modus operandi que siempre lo ha definido; una persona impredecible, ecléctica y ordenada.


David Bowie no sólo ha sido una figura musical, sino que su carrera va de la mano con la moda sobre todo, como se refleja en la canción Ziggy Stardust. Se presentó como el representante de las voces más opuestas conservadurismo de la época. El portavoz de las críticas políticas, un ideal de las drogas y la orientación sexual.


David Bowie canta Ziggy Stardust en directo. Fuente: YouTube


Ejemplo de ello es el álbum Aladdin Sane, donde hace referencia a las dos ideologías presente y al futuro conflicto político y social que podría generarse de seguir con el odio presente. En otro de sus discos Station to Station hace aparecer por primera vez su personaje de ficción y alter ego, The Thin White Duke, caracterizado por ser una persona oscura pero humana. Lo que intenta Bowie a través de este personaje es hacernos ver su cansancio ante la fama y los vicios. Nos muestra el mal de su persona.


MODA


En 69 años, el artista fue capaz de dibujar un ciclo perfecto, físico y metafórico, no sólo en el plano musical, también en la industria de la moda. Cuestionó y evidenció la fragilidad de este sector, como una persona excéntrica, transgresora e inconformista, así como él se definía. Y lo más sorprendente es que fueron esos aspectos los que lo convirtieron en todo un icono de este mundo.


Sus constantes cambios de look no pasaban desapercibidos, esa melena pelirroja despeinada y la adicción por la ropa extravagante y el maquillaje lo llevaron a ser un referente para muchos. Bowie intentaba por cualquier medio que su música se viese como sonaba, y para eso cambiaba constantemente de estilo.

David Bowie, 1973. Fuente: Gtres online


Precursor de la androginia, posee modelos que hoy en día triunfan en pasarelas, y que sin duda, quedarán para la historia. Fue toda una inspiración para diseñadores tales como Gucci o Jean-Paul Gaultier. Pero además de este momento andrógeno de principios de los setenta, pasó por otros muchos estilos. Es en esta época donde mejor se define el estilismo del cantante. Con el movimiento ‘glam rock’, Bowie decidió vestirse de pirata y lo más curioso es que el parche se convirtió una de las señas de identidad de la leyenda musical. Otra de las piezas clave que define su relación con la moda fue el diseño de un traje samurái de Kansai Yamamoto, algo que no quedará en el olvido.


Rompiendo con todos los roles, fue el primer cantante masculino en llevar tacones, tanto en sus vida cotidiana como encima del escenario. Las transparencias también marcaron su estilo a finales de los setenta.

David Bowie. Fuente: Facebook de David Bowie


En definitiva, podemos hablar de Bowie como el dios de las transiciones. Drogas, sexo, politica y muerte, las líneas en las que la sociedad lo acompañó ayudando a vencer todo tipo de estigmas. El rock y su transición al glam, la heterosexualidad y su transición a la diversidad sexual y el conservadurismo y la transición al liberalismo. Y el más importante y último, el estigma de la vida y su transición a la muerte. A través de los años nos hemos visto reflejados en cada una de ellas y podemos afirmar que no es solo un artista con una gran voz, sino un referente y un símbolo en la cultura de nuestra sociedad actual.

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